Llevo unas tres semanas sin escribir por falta de tiempo e inspiración pero ya estoy de vuelta. Me gustaría haber vuelto con algo divertido pero por desgracia no es así. El protagonista de este artículo se llama Pablo Ráez. Nació en Marbella, Málaga, donde también murió hace unos días por una desafortunada leucemia que le fue diagnosticada en 2015. Pablo era deportista. Le gustaba el Crossfit, la calistenia, etc. De hecho estudió en el TECO para poder trabajar en gimnasios y otros espacios destinados al deporte. Como ya he dicho, en 2015, concretamente el 26 de marzo, le diagnosticaron leucemia. Por suerte consiguió un donante y por ello pudo ser ejemplo para todas las personas que sufren esta enfermedad. Mediante publicaciones, vídeos y su blog, demostró lo valiente que fue. Se esforzaba aunque no tuviera fuerzas y salía adelante. Desgraciadamente el pasado día 25 de febrero, Pablo fallecía a causa de esta terrible enfermedad. Pablo decidió morir al lado de su familia, en su casa. Sabía que la muerte estaba cerca y no quería pasar sus últimos días en un hospital. Es injusto que gente como Pablo muera tan joven (solo 20 años). Este hombre tenía ganas de vivir, amaba la vida. «Creías que el mundo se podía cambiar» son palabras de Andrea, su novia, la que lo ha acompañado hasta el último día. Si algún día lees esto Andrea, créeme que Pablo ha cambiado el mundo, al menos el de mucha gente. Con su esfuerzo y su entrega por aferrarse a la vida. Es un héroe Andrea. Siento mucho que pases por esto ya que es duro ver como tu novio, pese al empeño, acaba perdiendo el combate. Sé que Pablo es cristiano y por ello, si está en algún lado, seguirá enamorado de ti. Quizá sin ti y tu valor, el viaje de Pablo hubiera acabado antes. Tú has sido su fuerza para poder levantar su cuerpo al despertar.

«La vida es eso que está pasando mientras quieras darte cuenta, vívela de corazón«. Últimas palabras de Pablo Ráez. Para ti pasó muy pronto, pero le pusiste más corazón que muchos y solo queda agradecértelo. Gracias Pablo por demostrar que la vida no es una mierda como dicen muchos si la vives con ganas de vivirla. Siempre fuiste fuerte como bien decías, y al final moriste de pie, no hincaste la rodilla y por dos ocasiones hiciste que fuera la enfermedad la que la hincara. También dijiste: «La muerte forma parte de la vida, por lo que no hay que temerla sino amarla». Como he dicho, tú eres católico y por ello te aseguro que en esa muerte que amas has encontrado vida. Por ello digo que eres un vivo en la muerte y no un muerto en vida como dice la expresión. Has cambiado vidas con tu amor a la tuya y por ello, Señor Pedro Pablo Ráez Martínez, estés donde estés, GRACIAS.
